El descubrimiento de oro en la cuenca de Witwatersrand en Sudáfrica condujo a una de las fiebres del oro más importantes de la historia. Este campo de oro, ubicado en lo que ahora es Johannesburgo, era el depósito de oro más grande y rico del mundo en ese momento. El descubrimiento transformó la región, atrayendo a miles de buscadores de oro de todo el mundo y contribuyendo al desarrollo de Johannesburgo como una ciudad importante.
La fiebre del oro de Klondike fue una migración masiva de buscadores a la región de Yukón en Canadá después de que se descubriera oro en el río Klondike. La noticia del descubrimiento corrió como la pólvora, y personas de todos los ámbitos de la vida acudieron en masa a la zona en busca de fortuna. Si bien los depósitos de oro reales eran limitados, la fiebre del oro de Klondike capturó la imaginación de personas de todo el mundo y dejó un impacto duradero en la historia y el desarrollo del oeste canadiense.